Católica y feminista

¿Se puede ser católica y feminista? ¿Se puede luchar por la liberación de las mujeres situándose desde ambas ideologías?

Hoy, parece que ser católica y feminista plantea una tensión significativa: el feminismo propone desmantelar las estructuras de poder y la opresión histórica que tienen origen en la religión católica. Sin embargo, muchas mujeres encuentran cómo reconciliar estas aparentes contradicciones mediante la Teología Feminista, expresión profunda y matizada de ambos aspectos de la identidad.

En esta entrevista, Maribel Luna-Martínez, de Católicas por el Derecho a Decidir, nos comparte cómo la Teología Feminista transforma la comprensión tradicional que solemos tener de la religión.

¿Cómo surge la Teología Feminista? ¿Cuál es su propósito?

—Si bien los movimientos sociales en América Latina tienen inspiración católica y cristiana (y especialmente se nutren de la Teología de la Liberación), no tienen el énfasis en la religión. En cambio, para la Teología Feminista como movimiento a favor de los derechos humanos, la religión sí tiene un énfasis relevante y es parte de un posicionamiento político.

Las teólogas feministas posicionan dentro de la Teología de la Liberación la necesidad de incorporar a las mujeres como sujetas referentes en la construcción teológica. La Teología Feminista es una teología fundamentalmente crítica, que implica cuestionar desde cómo nos atraviesan las prácticas y representaciones institucionales, hasta la construcción de la autonomía de nuestros cuerpos. Con esta propuesta, la mirada del prójimo tiene mirada de mujer; una mujer (o persona) con identidad, orientación sexual, raza, clase y un contexto específico. 

La posición como feminista es, en primera instancia, hacer una crítica a las instituciones religiosas desde una posición desde fuera, porque no se quiere ser parte de estas estructuras. Pero nuestra propuesta es desde dentro, desde nuestra mirada y nuestra participación, sin que esto implique abandonar la crítica a las jerarquías institucionales.

Sabemos que es una estrategia machista y patriarcal excluir a mujeres de estos ámbitos, por lo que se vuelve una estrategia política habitar lugares de poder, decisión y transformación. El espacio religioso también nos pertenece y tenemos el derecho a vivirlo en libertad, sin escondernos y reconociéndonos feministas. No nos vamos a salir de ahí.

¿Cuáles son los principios fundamentales de la Teología Feminista? ¿Cómo podemos entenderla?

—Primero está la libertad de conciencia, que tiene que ver con un diálogo entre tú y tu ser interior, que tiene que ver con la divinidad. Es esa voz que escuchamos, que nos hace reflexionar y tomar decisiones, y estas decisiones pueden coincidir o no con lo que dice la Iglesia católica. También está el principio de donde hay duda, hay libertad, que señala que si todo fuera certeza, no tendríamos libre albedrío, porque, a la vez, no habría necesidad de elegir.

“Por último, elegir el mal menor o el mejor camino. Cuando nos encontramos en una situación difícil, en un dilema ético, o se tiene que elegir entre dos situaciones no deseables (por ejemplo, un embarazo no deseado), lo mejor es tomar el camino más beneficioso para ti, que puede ser específico a un momento o circunstancia de vida. No significa que será el mismo camino en diferentes años, ni tampoco significa que será el mejor camino para otra persona en la misma situación, porque los contextos, historias y deseos son diferentes e importan.

“Además de estos principios, está el Código de Derecho Canónico, esto es, las reglas que determinan las prácticas de la feligresía y la jerarquía de la Iglesia católica. El Canon 13-23 habla sobre los excluyentes o los casos en los que no aplica una sanción de pecado, porque la persona se encuentra en situaciones especiales. Desde la perspectiva de la Teología Feminista, las mujeres, cuando estamos en situaciones relacionadas con los derechos sexuales y reproductivas, estamos en estas situaciones excepcionales que menciona el Derecho Canónico, por lo que al actuar de acuerdo a los principios mencionados, no cometemos ningún pecado. Además, la Teología Feminista implica reconocer que el pecado y la culpa son mecanismos de control de la institución religiosa para controlar nuestro cuerpo, nuestra decisión y nuestra libertad”.

A partir de estos principios y críticas a la religión cristiana tradicional, se abre la posibilidad de pensar, por ejemplo, en teologías queer/cuir, negras, indígenas o ecologistas. ¿Podemos abrir el diálogo a diferentes formas de entender a Dios?

—Lo religioso siempre se ha visto desde una mirada monolítica. Pero ahora sabemos que no es así, que dentro de las religiones hay un crisol de interpretaciones. Queremos romper el mito de la imposibilidad de generar diálogos interreligiosos desde lo católico. Es posible reconocer la diversidad teológica y conceptual, así como adoptar otras categorías y ver otras teologías. Para volver real la aceptación de la diversidad hay que demandar prácticas y otras representaciones a las instituciones, mantener una postura crítica al interior y exterior de nuestros contextos y tener una apertura de consciencia.

Si te interesa saber más sobre el tema, aquí te compartimos estas recomendaciones: 

Las teologías feministas frente al fundamentalismo religioso (2020)

Red de Teólogas, Pastoras, Activistas y Lideresas (Red TEPALI)

Sofíaς. Revista Interdisciplinar de Teología Feminista

Ivone Gebara (teóloga)

María Consuelo Mejía (teóloga)

Rebeca Montemayor (teóloga)

Marilú Rojas (teóloga)

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