The Office: 3 lecciones que Michael Scott nos deja sobre eficacia de toda organización social

The Office ilustración

Cuando piensas en The Office (EEUU) quizás el primero que te venga a la mente es Michael Scott, el gerente regional de la sucursal de Scranton y protagonista de la serie. ¿Podrías considerarlo un buen líder? No sé. En muchos de los capítulos lleva al extremo a su equipo, que tiene que aguantar sus caprichos, y comete errores comerciales graves. Pero, en cambio, mantiene a ese grupo de personas diversas y que trabaja en un giro súper aburrido como lo es la venta de papel al mayoreo, inspirado para lograr buenos resultados.

Si nos centramos en su estilo de liderazgo, la suya es una de las sucursales con más ventas y la única que no está en número rojos, en un ramo en declive. Es un excelente vendedor, que conoce todos los detalles de sus clientes, así como las cualidades y faltas de su equipo. Y su constante es esa visión honesta (sí, retorcida a veces, lo sé) sobre la importancia que tienen las personas para una empresa y su insistencia en visibilizarlas frente al corporativo.

Caí en cuenta de esto después de ver la serie por sexta ocasión, lo cual coincidió con que reflexionaba acerca de cómo mejorar mi propia estrategia comercial. De pronto, en ciertos capítulos las situaciones comenzaron a hacerme clic, permitiéndome comprender que muchas de las lecciones old school que da Michael, no siempre intencionales, siguen siendo vigentes, pues al final las empresas humanas, al margen de sus fines, siguen tratándose de personas, lo que no cambiará.

Te dejo enseguida tres reflexiones sobre la gestión de personas que puedes considerar, adaptándolas a tu organización civil, ya sea para vender un producto o servicio, o para lograr mejores resultados en tu estrategia de fundraising.

1. Reconocimiento

Si eres tan fan de la serie como yo, probablemente recuerdes el capítulo de “Los Dundies”. Cierto, las categorías son en broma, pero el punto es el reconocimiento que Michael hace a cada uno de su equipo. Cuando las organizaciones son tan grandes, dicho reconocimiento puede ser difícil, pues suele verse a las personas como meros engranes, de modo que dedicar tiempo a ver y reconocer a cada una por sus particularidades es importante.

2. Toda tecnología debe tener un toque humano

Cuando Ryan, el empleado temporal, asciende, convirtiéndose en el jefe de Michael, intenta impulsar las ventas desde el nuevo sitio web de la empresa, dejando de lado las ventas personales, tradicionales. La lección es que, a su vez, Michael insiste en que las ventas, al menos en relaciones de largo plazo, deben ser humanas: establecer una relación comercial de mediano o largo plazo solo será permanente si hubo una primer lazo humano, si bien en ocasiones solo es un tema de precio, contra lo que no es fácil luchar.

3. No deseches ideas auténticas de tu equipo

Uno de los mejores capítulos, Local Ads, es cuando el corporativo, con la finalidad de publicitarse en televisión, manda producir un comercial general para todas sus sucursales. Michael pide que le den la oportunidad de crear el suyo propio, uno auténtico. Aunque el corporativo no lo acepta, su equipo se reúne para ver el comercial que habían hecho, destacando mostraba un lado mucho más humano. Esto es increíble porque muestra que en ocasiones las organizaciones son las mismas causantes de que las personas sean apáticas, dejando de involucrarse en los proyectos, considerando que sus ideas corren el riesgo de ser ignoradas: conviene siempre escuchar antes de decir No.


The Office muestra que los líderes no son exactamente como los imaginamos; no son perfectos, pueden cometer un montón de errores, especialmente si son personas que fueron creando su propio estilo de gerencia de forma práctica, porque saben del negocio, pero no tienen formación de líder. Lo principal es que todo líder debe recordar que los negocios, comerciales o sociales, tratan de personas.

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